martes, 14 de junio de 2011

SIEMPRE LA SOLEDAD

12/06/11 - Teatro: Entre mujeres solas (Palant)


La soledad. Siempre la soledad. Esa sombra que nos acompaña de la cuna a la tumba y que la mayoría no sabemos cómo evitar, cómo tramitar, cómo lidiar con ella. Mujeres y soledad. Un binomio que, digan lo que digan, parece indestructible. O bien, un binomio que la cultura ha hecho, con sus modelos, sus marchas y contramarchas, indestructible. Toda mujer está sola a menos que esté legalmente casada. En toda otra circunstancia, siempre estará (y será señalada por estar) sola.
Solas también están las mujeres de las dos obras, englobadas bajo el atinado título de “Entre mujeres solas” del dramaturgo y director Jorge Palant, que actualmente se están presentando en el acogedor Teatro Tadrón, enclavado en una esquina del barrio de Palermo, los domingos a las 18 horas. Momento ideal para degustar alguna de las delicias orientales que sirven allí mismo y luego ver una obra que a través del grotesco muestra diferentes facetas de la soledad, de la amistad, del género femenino y de las relaciones de poder entre los seres humanos. 
En la primera obra, “Griselda en la cuerda”, una mujer entrada en años, y sin embargo atlética, llega en medio de la noche a una pensión en un pequeño pueblo. Pronto nos enteramos de que ha venido como parte de un circo. Pronto nos enteramos también de que no puede dormir, que a escondidas y con culpa bebe alcohol, que a pesar de sus años y achaques es equilibrista, y que apenas puede con su alma y su circunstancia. El contrapunto necesario para el desarrollo dramático lo ofrece la dueña de la pensión, mujer dura, seca, hosca, que se niega a todo contacto que vaya más allá del establecido por las normas más elementales de convivencia. Imposible sacarle una sonrisa, imposible sacarle conversación, imposible lograr un acercamiento entre ambas. Tan sólo al final, un atisbo de compasión asoma a sus labios al gritarle a Griselda que tenga cuidado cuando esté “en la cuerda”. 
En la segunda obra, “Al pasar por un cuartel”, otras son las relaciones de poder que se juegan y establecen también entre dos mujeres, aunque la soledad siga siendo el nudo principal. En un tono más lúdico (y también más grotesco), asistimos a la deriva senil de una mujer autoritaria (con la autoridad, desde luego, que sólo puede dar el dinero) que “juega” juegos de ficción con su mucama/asistente/secretaria/partenaire. Esta singular mucama, aparentemente escapada de la corte de los milagros, accede a contarle a su patrona aventuras amorosas que ha tenido (o fingido tener) en el pasado. Todo el juego consiste en repetir sin cambiar ni un ápice un guión previamente establecido entre ambas. Entremedio de esos juegos, se cierne la figura de un enigmático coronel que cumpliendo arresto domiciliario lo quiebra impunemente una y otra vez. Toda la vida de esa ricachona claramente venida a menos se reduce ahora a las visitas (¿ficticias?) a parientes que detesta y a un batallón de médicos a los que suministrará hasta los más mínimos detalles del (mal) funcionamiento de su organismo. Pero todo estalla cuando su esclava decide romper las reglas del juego y liberarse, aún a riesgo de perderlo todo. 
En suma, una obra plena de profundos matices y con la sobresaliente actuación de Dora Mils (primero como la dueña de pensión hosca y luego como la señorona al borde del Alzheimer), quien puede componer con la misma gracia y eficacia dos personajes tan opuestos y disímiles. Todo se complementa con una puesta en escena despojada, musicalización acorde y un texto más que potente e imponente. 

Domingos, 18 hs. 
Teatro Tadrón 
Niceto Vega 4802 
Reservas: 4777-7976 
Entradas: 40 $ (estudiantes y jubilados: 20 $)

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1 comentario:

La abuela frescotona dijo...

he recorrido tus blog, son muy buenos, pero da la sensación que los tienes abandonados...
saludos cordiales