martes, 27 de octubre de 2009

LA FIESTA DE LOS OTROS

25/10/09 - Teatro / Danza: Muaré (Quesada-López)




El cruce —y hasta el borramiento— entre géneros es moneda corriente en la escena teatral contemporánea. Sin embargo, en ocasiones se tiene la sensación de que las diversas mixturas necesitaran todavía una horneada más, una vueltita de tuerca más que las eleve hasta el punto que sin duda podrían alcanzar. En el caso de Muaré, obra que mezcla de danza y teatro, estrenada ayer en el Camarín de las Musas, dirigida e interpretada por Natalia López (protagonista de La prótesis, de Martín Kahan) y Marina Quesada, la balanza se inclina más favorablemente hacia la danza que hacia la parte teatral.
Si la expresión corporal gana por lejos no es que la parte teatral no esté a la altura sino que tiene un basamento no todo lo firme que la profundidad del tema exhibido requiere: dos mujeres entran y salen (o bien, nunca llegan realmente a “entrar”) de una fiesta, la fiesta de los otros, la fiesta de los que pertenecen y no tienen problemas de identidad. Dos mujeres vestidas con una estética símil muñeca Barbie (vestidos de raso cortitos y con volados) procuran no perderse lo que pasa del otro lado de una misteriosa puerta que se abre sólo para dejar entrar el bochinche, la música, la fiesta, el carnaval del mundo. Tanto procuran no perdérselo como lo temen. Una puerta que se abre para que el cotillón y la diversión se les imprima en plena cara.
Sin embargo, el espectador no comprende rápidamente lo que sucede. No tiene demasiadas pistas y esto lo obliga a ciertas deducciones para empezar a comprender de qué se trata: las dos mujeres están en el cuarto donde los otros, los que sí están en la fiesta, han dejado sus abrigos —y hasta se parapetan detrás de ellos. Sus movimientos erráticos, agónicos, casi epilépticos connotan esa imposibilidad de pertenencia que las hace entrar y salir del cuarto con resultados cada vez más aterradores o desalentadores.
En este punto, un texto más jugado narrativa y dramáticamente hablando hubiera jugado, sin duda, a favor de la comprensión del espectador y hubiera logrado una mixtura más adecuada entre la parte performática y la teatral. Sin embargo, el momento más logrado de la obra es justamente el más vinculado a la danza: entre una y otra inmersión en el ruido glamoroso de la fiesta se produce lo que podríamos llamar un cambio de escena (o mejor aún, de estado) y las protagonistas aparecen en una marea (literalmente) de nylon cristal. Con maillots y gorras para nadar intentan liberarse ¿o asirse aún más? de ese maremágnum de plástico que las rodea y envuelve, y así danzan, giran, se contorsionan, se repelen, se buscan, se retuercen en una suerte de metamorfosis que paradójicamente las devuelve a su mismo estado inicial, una vez que han logrado salir de la crisálida transparente.
Párrafo aparte merece sin duda la musicalización de la obra, uno de los puntos más altos, responsabilidad de Jorge Grela, con Darío Lipovich como músico invitado. Climas perfectamente logrados, sugestivos y acordes a lo que se quiere transmitir refuerzan aquellos puntos no tan fuertes de la puesta. Muy lograda también la escenografía, con un interesante juego de luces a través de paredes de papel que reproducen el efecto “muaré”, efecto que consiste en la aparición de “aguas” o líneas verticales no deseadas en un patrón de líneas horizontales que se superponen.
Paredes tan frágiles, quizás, pero tan fuertes, como las que nos separan del mundo, que “es siempre de los otros” en palabras de Clarice Lispector, fuente de inspiración de esta obra.

Funciones: domingos, 21:30 hs.
Camarín de las Musas
Mario Bravo 960
Reservas: 4862- 0655
Entradas $ 30 (jub. y est. $ 20

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Alternativa Teatral


Crítica en ANSud

jueves, 8 de octubre de 2009

LANZAMIENTO OFICIAL DEL FESTIVAL CERVANTINO DE AZUL 2009

08/10/09 - Conferencia de prensa: III Festival Cervantino de Azul (Casa de la Provincia de Buenos Aires)



Hoy se realizó, en la Casa de la Provincia de Buenos Aires, el lanzamiento oficial del III Festival Cervantino de la ciudad de Azul, declarada “ciudad cervantina” en el 2007, en virtud de poseer una de las mayores colecciones de ediciones del Quijote en el mundo. La inmortal obra cervantina, fundadora de la novela y la literatura modernas, es el eje sobre el cual girarán las numerosas actividades, jornadas, eventos y atracciones que tendrán lugar entre el 5 y el 15 de noviembre próximos en la ciudad azuleña, situada en el centro de la provincia de Buenos Aires.
De la conferencia de prensa brindada en la ocasión, en la que se proyectó un video que sintetiza el espíritu y el recorrido del festival, participaron: el presidente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, licenciado Juan Carlos D’Amico; el director ejecutivo del mismo Instituto, doctor Sebastián Berardi; el intendente municipal de Azul, doctor Omar A. Duclós; el Agregado Cultural de España, Antonio Prats Marí; el director de la Casa de la Provincia de Buenos Aires, Rodolfo J. Valenta y el representante del Comité Organizador del festival, licenciado Luis María Lafosse.
En la conferencia se dejó en claro el enorme esfuerzo y el gran desafío que representó y representa para la ciudad de Azul el hecho de haber recibido tan enorme distinción para el mundo de la cultura y las letras. Quedó en claro también que el patrimonio cultural de una ciudad o una nación no es solamente unos vetustos libros apilados en un estante o grandilocuentes palabras, sino que puede convertirse en algo dinámico y participativo si la comunidad y las autoridades ponen su empeño en ello.
Así lo hace presuponer (y lo demostrará) el amplio programa de actividades a desarrollar en el festival, que incluirá:

-         música (con la presencia de, entre otros, Árbol, Fulanas Trío, Tuba Tango, Don Vilanova, Musa Rea, Los Descontrolados de Barracas, Juan Bonaudi y Flopa);
-         teatro (podrán verse obras como “Ala de criados” de Mauricio Kartún; “Quien lo probó lo sabe” de Mariano Moro y “Como quien oye llover” de Juan Pablo Geretto, entre otras, y estará presente la Escuela de Espectadores de Jorge Dubatti);
-         literatura (se celebrarán las II Jornadas Cervantinas Internacionales, presididas por el doctor Carlos Alvar, con la presencia de eruditos y académicos como José Manuel Lucía Megías y Melchora Romanos).



- Plaza Don Quijote -

Asimismo, habrá muestras fotográficas, de artesanías, danzas, proyección de películas, eventos deportivos y educativos para los más chiquitos, quienes ya cuentan con su propio Quijote: la prestigiosa editorial Alfaguara ha publicado ya la segunda parte de Las aventuras de don Quijote de la Mancha y de su escudero Sancho Panza – Un Quijote para niños ilustrado por niños. En esta adaptación de Margarita Ferrer y José Manuel Lucía Megías participaron niños de entre seis y doce años que ilustraron diferentes escenas del clásico de todos los clásicos literario.
Como se declara en la carta de intención difundida por los organizadores del festival, “esta nueva edición se presenta bajo el lema: “La diversidad cultural latinoamericana y sus diferentes expresiones”, partiendo de la idea de que no existe una única y estandarizada cultura sino procesos de hibridación donde se generan múltiples interacciones entre diferentes grupos sociales. Conocer la diversidad nos permite repensar nuestra identidad como latinoamericanos.
En este marco, se invitó a presentar propuestas originales y creativas y más de 80 fueron seleccionadas para este Festival Cervantino que pondrá en escena danzas, teatro, cine, música, literatura, fotografía, deportes, gastronomía, turismo, artes plásticas, talleres y diseño.”
Cabe destacar que, como bien apuntó el intendente de Azul, la ciudad puede ser visitada durante todo el año por su gran atractivo turístico y cultural, pero este festival será la ocasión más propicia para conocerla en toda su multiplicidad y esplendor. 




- Plaza central de Azul -

SAER, MALOSETTI & TREMOR EN LA TRASTIENDA

07/10/09 - Música: Jerónimo Saer, Javier Malosetti y Tremor (La Trastienda)




Ayer por la noche el artista franco-argentino Jerónimo Saer (hijo del reconocido escritor argentino radicado en Francia Juan José Saer) brindó el primer recital de su gira nacional, acompañado por los músicos Javier Malosetti y Tremor (Leonardo Castellani).
En el bello recinto de La Trastienda, unos minutos antes de las 21:30, las luces se apagaron y extraños sonidos inundaron el lugar. Una voz femenina, sampleada y sintetizada, repetía “Llegó la novedad, llegó la novedad…” y no se equivocaba: como un verdadero deus ex machina, se vio la figura, vestida de negro y con un sombrero de ala estilo Dick Tracy, de Jerónimo Saer rodeado de máquinas e instrumentos. La extrañeza continuó cuando comenzó a rappear en francés —pero también en un castellano afrancesado— y luego que el código se hubo establecido (sí, la cosa iba a ser así: un músico y cantante rodeado de máquinas y rappeando y, al parecer, nada más) la extrañeza se convirtió en el más puro deleite sonoro.
Con una trayectoria consolidada en la escena hip hop-funk francesa (integró bandas como Departement E, Foxaphonk y La Rime Team) y un disco solista en su haber (“Machine gum”, editado primeramente en Argentina por el sello Los Años Luz en 2007, y ampliado y reeditado por Stereofiction en noviembre del 2008), el despliegue sonoro de que hace gala Saer sorprende por su variedad, coloratura y frescura. Lejos de la música electrónica convencional, Saer apuesta en grande al mestizaje y la texturización, se entrega a la angustia de las influencias y mezcla sonidos y estilos disímiles, para devolvernos poderosísimas bases de drum n’ bass disparadas desde su PC portable a las que se le van sumando, en diferentes capas, sonidos generados por samplers y secuenciadores, a los que, a su vez, les imprime efectos in vivo y les superpone su propia voz.
Pero no todo son máquinas en la música saeriana: hay lugar también para los pequeños instrumentos que suman una nueva textura, sutil, delicada, en un estallido tonal donde no se le teme, ni por un segundo, a la saturación ni a la sobreexposición. Instrumentos como armónica, pandereta, cornetines y otros elementos de percusión acompañan el mix de “tango, groove cinemático, rock más hip hop-funk electro” (según lo definió la revista Openmag) de Saer.
Pero todo no son máquinas en la música saeriana, bis: promediando el show hicieron su aparición los músicos Javier Malosetti y Tremor (Leonardo Castellani), quienes se acoplaron a la propuesta de Saer con una gran perfección (tan así fue que el mismo Saer comentó “hay equipo acá, eh? hay equipo”) y pusieron toda su destreza y versatilidad musical para potenciar aún más un universo musical definitivamente rico y poderoso. El primer tema ejecutado por el trío fue un tango electrónico funkeado de dulce cadencia, que a su vez fue bailado por una excelente pareja de bailarines. Imposible no reconocer por allí un aire a Bajo Fondo, pero vale también destacar la nota de extrañeza y singularidad que le otorgaba cada músico con su instrumento. Más adelante, Leonardo Castellani dejó la guitarra y se calzó el bombo legüero, y más tarde tocó también la batería.
Esta cronista no pudo dejar de pensar, al ver a Saer rodeado de sus máquinas (las cuales pueden ser muy traicioneras también: hilarante fue el momento en que el escenario quedó completamente a oscuras al comienzo de un tema y Jerónimo exclamó, desesperado: “¡Ay, no veo el botón!”) en la famosa reyerta que años atrás sostuviera el maestro Pappo con DJ Deró, respecto de lo que era —o no era— “tocar” música… ¿Es posible seguir sosteniendo hoy día que sólo se toca música con instrumentos tradicionales cuando la música electrónica, la música por computadora, la música electroacústica o como queramos llamarla, ha avanzado tanto? ¿Es posible seguir pensando que los sonidos pueden provenir sólo de instrumentos tradicionales después de los experimentos sonoros de un John Cage, por citar sólo un ejemplo? Pareciera ser claramente que no, aunque cueste acostumbrarse, y la música de Saer viene a corroborarlo con gran belleza.
Así, lo que había empezado con cierta reticencia, como viendo de qué se trataba, terminó con la gente bailando entre las mesas y con ganas de que hubiera Jerónimo Saer para rato.
Afortunados entonces quienes puedan ir a verlo en las próximas fechas de su gira, que se detallan a continuación:

Mendoza/ Domingo 11 de octubre / junto a Fauna
Córdoba/ Miércoles 14 de octubre / junto a Third World Orchestra, Gustavo Lorenzatti y Fernando Caballero, en el Paseo del Buen Pastor a las 20.30 hs.
Rosario/ Sábado 17 de octubre / junto a Psycho Project, en el Parque España

En Uruguay:
Montevideo/ Martes 20 de octubre / Solo Set en la sala Zavala Muñiz del Teatro Solis a las 20hs.

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PROHIBIDO REÍR

02/10/09 - Teatro (unipersonal): La imagen fue un fusil llorando (Molina)

Roberto Arlt (1900-1942) es uno de los autores más importantes de nuestra literatura. Esa escueta descripción, sin embargo, no alcanza a cubrir el amplio rango de temáticas y reflexiones que supo disparar desde sus Aguafuertes porteñas, la columna periodística que lo haría famoso en vida, portento pocas veces visto. Roberto Arlt, con su particular manera de escribir, sus siete locos, su tercer grado de escuela primaria y su apellido imposible de deletrear para las lenguas criollas, supo conquistar a miles de lectores cada día con su columna: lectores que le escribían decenas de cartas y que elevaron, en forma meteórica, la tirada de uno de los diarios más importantes de aquella época.
Nada se escapaba de su pluma irónica, expresionista, salvaje y refinada a la vez. Tampoco el fusilamiento del anarquista Severino Di Giovanni acaecido en los convulsionados años 30. En el aguafuerte “He visto morir” Arlt despliega sus impresiones acerca de este suceso. Ése es el punto de partida elegido por Julio Molina para “La imagen fue un fusil llorando”, una adaptación teatral de dicho texto interpretada magistralmente por Gabriel Fernández, quien ya había caracterizado a Arlt en el programa Algo habrán hecho (Telefé). El texto de Molina, a su vez, pertenece al volumen La carnicería argentina, editado por el Instituto Nacional de Teatro.
La puesta, austera, cuidada, justa, impregna, gracias al juego de luces y sonidos, al espectador en la atmósfera adecuada. Franjas blancas y crudas, junto a opacidades nocturnas y oníricas, tan caras a la estética arltriana. El escritor está solo en su celda —en su cuarto— y su máquina de escribir lo espera. Pero ¿cómo escribir lo que sus ojos han visto? ¿Cómo dar crédito a lo que esos ojos vieron? ¿No sería mejor arrancárselos como Edipo para así ya no soportar el peso de lo que vieron? Sobre estos interrogantes planea el doloroso, poético y singular monólogo-soliloquio de Fernández, cuyos tonos de voz dan siempre con el matiz justo.
La soledad del escritor es extrema, como la del reo que aguarda ser ajusticiado. De ahí la similitud de esa borrosa habitación monacal con una temible celda de penitenciaría de los años 30. Una mesita, una máquina de escribir, una lámpara, un camastro y un espejo. El hombre, de rigurosos traje y corbata, de pelo engominado peinado hacia atrás, va perdiendo la compostura a medida que las horas pasan y no le es posible escribir, contar, narrar, describir aquello que ha visto. Todos sus años de periodismo, de literatura, y hasta su incipiente carrera teatral (en aquel momento Arlt sólo había estrenado las piezas 300 millones y El humillado) no le sirven de nada al ser humano que se ha visto herido en lo más profundo ante lo que él considera es una vil injusticia.
Pero no se trata de reivindicar el anarquismo o los derechos humanos. Se trata de una apuesta mucho más humana y jugada: reivindicar la gesta de un hombre que luchó hasta el final por sus ideales, que gritó “¡viva la anarquía!” antes de ser fusilado, y que se negó a ser vendado, decidido a ver cada detalle de su propia muerte. Es esto lo que el escritor no puede procesar, asimilar: hoy, en esa noche eterna del escribir, no puede cumplir con su oficio de cronista, no puede contar para los demás lo que ha visto, porque lo que ha visto lo ha herido de muerte a él también.
En suma, “La imagen fue un fusil llorando” es una obra que deja el agridulce sabor de las injusticias en el corazón del espectador, pero que también deja la sacra y dura consistencia de las cosas bien hechas en el alma conmocionada por el muy creíble Arlt de Julio Molina y Gabriel Fernández.

Funciones: viernes 22 hs.
Teatro La Carbonera
Balcarce 998
Reservas: 4362 2651

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