sábado, 12 de septiembre de 2009

LOS EXTREMOS DE LA SOLEDAD

27/08/09 - Teatro / Performance: Solas no más (Acebo, Herrera, Daulte)

“Solas no más” es un espectáculo teatral dirigido por Jorge Acebo y compuesto por dos obras: la performance “No más solas” (de Jorge Acebo y Matías Herrera) y “Dos mujeres” (de Javier Daulte). La performance, breve, que oficia de apertura, realizada por Magalí Moreno, Natalia Pascale y Florencia Noverasco, consiste en un monólogo partido y repartido entre tres personajes: tres mujeres patéticamente solas, cuyas lágrimas de rímmel ya están tatuadas en su piel, que fuman y toman helado a mansalva y que ya no soportan su soledad. En la brevedad de la performance queda claro hasta qué ignominiosos puntos es capaz de llegar una mujer para paliar de algún modo esa situación desesperante. 
Pero el camino tomado por las dos protagonistas de la segunda parte del espectáculo, Alejandra y Clara (Gisela Sabatella y Mariela Rodríguez) es aún más extremo. Si bien al comienzo parece más racional, más, si se quiere, “proactivo”, en tanto que en lugar de quedarse tiradas en el sofá comiendo helado y quejándose amargamente, hacen algo, las cosas se les irán de las manos. Un departamento, dos mujeres arreglándose, preparándose para una gran cita. Una cita a ciegas, por medio de un aviso en una revista. En estos tiempos de relaciones descartables y de amor líquido no parece demasiado extraño que la gente pretenda conocerse así. Pero rápidamente se advierte que sí hay algo extraño allí: no esperan a dos hombres, sino que esperan al mismo. Todo ha sido hablado y convenido de antemano y ambas parecen estar de acuerdo en compartir a ese único candidato. 
Los preparativos se aceleran, los peinados, los maquillajes, las vestimentas se retocan una y veinte mil veces, pero el timbre no suena. Menos el teléfono. Muy pronto nos damos cuenta de que Alejandra y Clara hace ya demasiado tiempo que están solas y que por eso han aceptado esta oportunidad como su única tabla de salvación. En el medio surgen peleas y rencores de antaño, toda la fragilidad de las relaciones humanas salta a la vista en esa espera interminable del príncipe azul salido de una revista femenina. ¿Llegará o no llegará nunca para estas treintañeras desesperadas? 
Cuando ya se dan por vencidas, cuando cada una decide ir a mirar tele o a encerrarse en su habitación, el timbre suena. El revuelo es tal que hasta pierden el control de sus esfínteres. ¡Germán, el príncipe azul, ha llegado! Pero tardan tanto en abrir la puerta que como el sueño que es se ha esfumado. ¿Se ha esfumado? No, no, qué va. Está allí. Bueno, no es exactamente como lo esperaban pero ahí está. En una silla de ruedas, sin poder hablar. Pero es Germán, ¡qué importa! 
A partir de ese momento, la comedia dramática o la tragicomedia exhibe momentos de un humor negro y de un patetismo que obliga al espectador a preguntarse de qué demonios se está riendo si lo que está viendo es una de las muestras más grotescas de la debilidad y la desesperación humanas. Sin anticipar el final, puede decirse que los acontecimientos toman un rumbo lógico dentro de la inconexa lógica del devenir de dos mujeres que no pueden más con su soledad, que ya han estado solas antes, que no parece que vayan a dejar de estarlo más adelante y que ven esfumarse, una vez más, la posibilidad de estar, al fin, acompañadas. 
El personaje de Clara es, sin duda alguna, el punto más fuerte del espectáculo en tanto representa numerosas tipicidades y estereotipos del mundo femenino reunidos y “remixados”, obteniendo así una mística díficil de superar. La actuación de Matías Herrera como Germán también es digna de destacarse en tanto compone sin caer en la caricatura a un lisiado que apenas puede expresarse a través de gruñidos y vagas señales. El personaje de Alejandra tiene también un momento de honda tensión dramática cuando expresa, con palabras claras y contundentes, todo el hastío de una vida no coronada por el amor de pareja. 
En suma, un espectáculo que si bien incursiona en tópicos muchas veces visitados —la crisis de los treinta, la soledad y la soltería femeninas— logra aportar un grado de patetismo y grotesco tal que no sólo arranca carcajadas sino que en medio de ellas deja pensando y reflexionando al espectador, algo muy loable en tiempos donde pensar parece no estar de moda. 

Funciones: sábados a las 23 hs.
Teatro Andamio ‘90
Paraná 660
Reservas: 4373-5670
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